sábado, 2 de enero de 2016

LLANQUIHUE, GIGANTESCO LAGO RODEADO DE VOLCANES ACTIVOS

LLANQUIHUE, GIGANTESCO LAGO RODEADO DE VOLCANES ACTIVOS. Ensenada, 2 de enero de 2016

Se acerca el fin de año con un puente largo de cuatro días. Al igual que en Navidad queremos conseguir un lugar tranquilo en alguna zona rural donde pasar estos días sin caer en la complicación de la baja disponibilidad de alojamiento. Con esta idea salimos de Valdivia y decidimos en el camino dirigirnos hacia la zona de Puerto Varas, pequeña ciudad al borde del lago Llanquihue. Visitamos el pueblo de Frutillar, una colonia típica que consta de dos avenidas largas frente a la playa con lindas casas de madera y oferta de Kuchen y otras especialidades alemanas.




Seguimos por una carretera desde donde observamos al otro lado del lago el volcán Osorno (2652 m.s.n.m.), hermoso cono simétrico cubierto de nieve perpetua y el volcán Calbuco (2015 m.s.n.m.), que tuvo una importante erupción en abril de 2015. Sus cenizas afectaron extensas regiones de Argentina y llegaron hasta Uruguay impulsadas por los vientos del oeste. El paisaje es bucólico, pero no deja de impresionar la permanente amenaza volcánica que se cierne sobre la región.



Iniciamos la búsqueda de alojamiento en Puerto Varas, rápidamente nos dimos cuenta que para la tranquilidad deseada debíamos dirigirnos a un lugar más campestre y cercano a los ¨Parques Nacionales de la región. Continuamos por la vía que bordea el lago hacia Ensenada (70 m.s.n.m.), un pequeño caserío vecino al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, el más antiguo de Chile que data de 1926, con los volcanes Osorno, Puntiagudo y Tronador (3491 m.s.n.m.) en el límite con Argentina. También está al pie de la Reserva Llanquihue que se localiza alrededor del volcán Calbuco.



De los paisajes verdes y bucólicos pasamos abruptamente a un sector donde los campos están cubiertos con una gruesa capa de material volcánico, producto de la reciente erupción. Para mirar este fenómeno entramos unos 3 km por una vía destapada en dirección al Calbuco. A medida que subimos, la capa se vuelve más gruesa y los fragmentos son del orden del centímetro. Nos imaginamos el impacto tremendo de esta lluvia sólida sobre las casas y los campos, muchos techos se rompieron por el peso del material, los cultivos se dañaron y los árboles perdieron todas las hojas. Lo que cayó ahí quedará para siempre (en la escala de tiempo humano), algunas personas han tratado de retirar manualmente las piedritas, labor casi imposible cuando los campos son extensos.



En Ensenada nos dirigimos a un lugar alejado de la vía donde se ofrecía una cabaña. Nos recibió una agradable mujer con mucha simpatía y nos mostró una casita de madera nueva que construyeron al fondo de la propiedad familiar. Nos gustó mucho la cabaña y la gente, llegamos a un buen acuerdo y tomamos la decisión de quedarnos cinco días, hasta después de las fiestas. Pámela se llama nuestra anfitriona, tiene un niño de 8 años y un bebé que nació cuando la erupción del volcán por lo que lo llaman cariñosamente Calbuquito. El marido y la familia son originarios de la región y el papá fue testigo de otra erupción en los años 60 que dejó los campos cubiertos por una fina capa de cenizas, muy diferente a lo que ocurrió esta vez con caída de materiales más gruesos.





Minutos antes de la erupción, sintieron un fuerte temblor que se repitió varias veces y movió los cimientos de las casas que están construidas sobre suelos blandos de un antiguo pantano. Súbitamente vieron un enorme hongo que los especialistas calculan en 20 km de altura. La lluvia de material llegó en la siguiente media hora y toda la gente evacuó de inmediato en dirección a Puerto Varas dando la vuelta por el borde este del lago. A pesar que existen sistemas de monitoreo y prevención, la erupción cogió a la gente por sorpresa, sin embargo la evacuación se hizo de manera ordenada y no hubo víctimas que lamentar. Estuvieron un mes por fuera de su casa, refugiados en un colegio y luego en una casa arrendada en Puerto Varas. Una experiencia dura que muestra como en un momento las fuerzas de la naturaleza pueden llegar a impactar la vida tranquila de la gente.

En una conversación posterior con un guardaparques quien asistió al evento desde Ensenada, después de la caída, el volcán se destapó y produjo una erupción de material incandescente que afortunadamente no formó flujos de lava. Las vías quedaron recubiertas por unos 20 cm de piedra pómez que dificultó el tránsito de los vehículos de rescate.

El fenómeno afectó un gran sector al noreste del Calbuco, que incluye Petrohué y el volcán Osorno en el Parque Nacional. Hoy las playas sobre el lago Llanquihue, los senderos y el piso en los bosques siguen recubiertos con este material que dificulta las caminatas y levanta polvo en esta época seca. El hermoso paisaje está en el fondo desolado, lo que afecta la calidad de vida y las visitas a la región.

Otro lago llamado Todos Los Santos da acceso a amplios sectores del Parque Nacional, tiene unos 30 km de largo y es recorrido por barco para comunicar con Argentina en un recorrido por otros lagos que combina tramos por agua con vías terrestres. Esta es la ruta internacional entre Puerto Montt y Bariloche que se hizo famosa por el cruce de la cordillera del Che Guevara relatado en “Diarios de Motocicleta”.

Al borde del lago hay un lindo sitio de camping debajo de un bosque. Hicimos un recorrido a pie por la playa cuando fuimos atacados por los temibles tábanos de la Patagonia. Estos bichos enormes de color negro con pelos de color naranja acaban de aparecer como plaga, fenómeno conocido en esta época del año cuando arranca el verano. Aunque se pueden mantener a raya con una ramita de arrayán, los bichos son muy agresivos y persiguen a la gente, principalmente cerca al agua o en terrenos soleados. Las personas se pueden desesperar, recomiendan usar ropa clara porque les encanta el color negro.




El caudaloso río Petrohue que desagua el lago, tiene unos impresionantes saltos y rápidos visitados por muchos turistas a lo largo de senderos interpretativos que arrancan por el interior de una construcción en madera en concesión, con tiendas y cafetería. 


En lugar de desembocar en el lago Llanquihue, el río tuerce hacia el sur este por una falla donde hay fuentes termales, se dirige al mar y desemboca en un estuario 25 km más abajo. Erupciones volcánicas anteriores del Calbuco combinadas con deshielos en épocas glaciales, dieron origen a un enorme abanico que divide las aguas en el sector de Ensenada, claramente visible desde el volcán Osorno y desvía el río de su paleocurso.



Si el Calbuco ha producido estos fenómenos catastróficos, el Osorno no se queda atrás. Es un estratovolcán, edificio compuesto por sucesiones de lavas y material de explosión que han formado el cono simétrico actual. Erupciones históricas han ocurrido desde cráteres laterales que se ubican a alturas comprendidas entre 1200 y 1800 m.s.n.m. Los vulcanólogos han identificados unos 22 cráteres adventicios, algunos de los cuales reconocimos durante una excursión a la base de este gigante “dormido”.



La gente de la región es consciente del riesgo que representa vivir al pie de estos colosos, una erupción importante del Osorno podría afectar los pueblos a orillas del lago Llanquihue a donde han llegado en el pasado coladas de lava, y hoy en día este volcán está cubierto por varios glaciares que pueden producir avalanchas de lodo si funden por el calor. Sin embargo, nuestros anfitriones manifiestan que de aquí no se mueven, han vivido toda su vida en este sitio y no se imaginan vivir en otra parte.


Ascender al Osorno requiere equipo de alta montaña, para llegar a la cima hay un escalón de hielo muy pendiente que requiere experiencia técnica. Más de 50 personas han desaparecido en este ascenso, la neblina o la nube blanca que se forma en torno de la cumbre como un sombrero pueden desorientar a la gente. La simetría del cono equivoca el camino de descenso, se puede llegar a peligrosos campos de grietas o perderse irremediablemente en el extenso bosque que lo rodea. Un espeluznante ejemplo es el caso de un joven holandés que se perdió en 1985. Los papás vienen cada año y dejan un aviso en el Minimarket de Ensenada pidiendo información sobre su hijo, el último está recién colocado en la vitrina.

Solamente para conocer el acceso, subimos en el carro hasta el refugio de CONAF a 1200 m.s.n.m. Hablamos un buen rato con un experimentado guardaparques sobre la erupción reciente y sus experiencias de montaña. Como eran las 5 p.m. decidimos hacer el “paseo” a la base de los glaciares. La subida sobre la ceniza suelta en un terreno que se vuelve cada vez más pendiente es fatigante, con algunas sacadas de madre subimos unos 700 metros de desnivel en dos horas.





En la última parte del recorrido Isolde prefirió tomar un campo de nieve pues la huella sobre la roca le pareció muy incómoda. Sin embargo, a medida que subía la franja de nieve sostenida encima de cenizas finas se hizo más pendiente, y una resbalada la podría arrastrar sobre el precipicio de 200 metros que cae al glaciar sur del Osorno. Cuidado, que el paseo no termine en tragedia, los lugares menos pensados suelen ser los más peligrosos. Todo pasó sin contratiempo, nos reunimos en el montículo final antes del inicio de la nieve que lleva a la cumbre y desde allí gozamos del impresionante paisaje que teníamos a nuestros pies: varios de los cráteres laterales, los bosques densos hasta el lago Llanquihue con los pueblitos a su alrededor y el sol poniente.

El tramo que tanto esfuerzo nos había costado la bajamos “esquiando” sobre las cenizas sueltas a toda carrera. En menos de una hora estuvimos de nuevo en el carro y tomamos la vía pendiente que desciende 1000 metros para retornar a nuestra casita. En la franja superior del bosque, los “jardines” de flores de todos colores entre las que destacan lupinus de color violeta y zarcillos rojos le dan al volcán con su blanco inmaculado una imagen irreal.



A las 9 p.m. ya estábamos haciendo las últimas compras en el Minimarket de Ensenada y cocinamos un delicioso pollo al vino acompañado con arroz y ensalada de lechuga, tomate y palta (aguacate). Antes de meterle el diente apareció nuestra dueña con un delicioso salmón cocinado con loganiza y queso, recién preparado por ella para desearnos feliz Nochevieja. Ya había llegado por la mañana con unas tortas calienticas para el desayuno y después apareció con unos deliciosos Kuchen de su invención y el respectivo abrazo de Año Nuevo, ofrecido todo con mucho cariño.

En una excursión de despedida fuimos al borde del mar por el pueblo de Cochamó, bucólica localidad sobre el estuario de Reconcavi y el volcán Yates al fondo. El valle del río Cochamó se puede caminar por una ruta de trekking, antiguo camino de ganado que comunica Chile con Argentina por el Paso El León. Se trata de un profundo valle glacial con hermosas paredes de granito por donde escurre agua y forma cascadas que alimentan el río. El camino recorre la selva húmeda siempreverde por un sendero quebrado que ha sido fuertemente erosionado por el paso de los caballos y el ganado. Los charcos y los barriales son impasables, la gente camina a los lados abriendo sendas que forman un laberinto donde es fácil refundirse.




Hicimos un recorrido de 13 km (ida) hasta el sector de La Junta donde existe un lugar habitado que sirve como primera etapa para un trekking de varios días. Mucha gente joven y algunas familias intrépidas que llevan sus implementos de acampada y parrillada, van allí a pasar unos días, a algunos los toma por sorpresa la dureza del camino que puede durar hasta 6 horas.

Caminamos con un chileno muy querido, Fernando, que va con su perra ovejera. Estudió fuera del país por varios años y se casó en España con una catalana. Es nutricionista y regresa a su región para trabajar en una empresa de producción de salmón. Nos cuenta sus experiencias profesionales en este tema, nos informa que todo el salmón fue introducido a Chile principalmente de Noruega y que el uso de hormonas para el crecimiento es una leyenda urbana. Como de costumbre, la conversación lleva al plano personal y a la discusión sobre temas económicos y sociales. Sin embargo no está satisfecho con el sistema, no come salmón por la manera artificial como se produce y está decepcionado de la vida en Chile. Considera que la sociedad es muy consumista y las condiciones de vida para la gente son muy duras, con baja seguridad social, salud y educación privadas, etc. 

Cerca al campamento de La Junta damos por terminado nuestro recorrido y tomamos el regreso por el mismo camino. Nos cruzamos con muchos pequeños grupos de jóvenes que cargan los morrales. La pregunta sistemática es: Falta mucho para llegar? Tres niñas argentinas miran con cara desolada cuando calculamos que después de dos horas de camino todavía les queda por lo menos tres más, y son las 6 p.m. Antes de despedirnos una de ellas se dirige a sus compañeras con un: Que no cunda el pánico. Nuestro regreso los hacemos en tres horas y media pero llegamos a la casa bastante apaleados.



Hoy el día amaneció por primera vez nublado y se anuncia lluvia hasta mañana, lo que nos conviene para descansar, cocinar, escribir y preparar la siguiente etapa que nos llevará de Puerto Montt por la famosa carretera Austral hacia la propia Patagonia chilena.


2 comentarios:

  1. Que buenos lugares para celebrar la navidad y año nuevo. Felices pascuas...!!!

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  2. ¡Qué buenas patoneadas se están tomando! Aquí en Bogotá, donde llegue ayer, sol tropical a través de capa alta de nubes, calentando rico (deje la casa en Albany a -20 C). ¿Qué fruta encuentran por allá? Yo de nuevo no puedo creerme la diversidad de sabores y aromas de la fruta tropical. ¿Qué fruta encuentran por allá?
    ¡Que siga el disfrute y los hermosos paisajes!

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