jueves, 14 de enero de 2016

PUMALÍN, LA RESERVA PRIVADA MÁS GRANDE DEL MUNDO

PUMALÍN, LA RESERVA PRIVADA MÁS GRANDE DEL MUNDO. 5 de enero de 2016

Tompkins era un famoso aventurero gringo de origen judío que conoció el sur de Chile en los años setenta y se enamoró de la naturaleza prístina de esta parte de la Patagonia. En esa época aún no existía la Ruta 7 o carretera Austral construida en los años 80 por orden del General Pinochet que, se dice, tenía intereses personales en la región. Supimos de su historia en el transcurso de este viaje pues fue noticia trágica en noviembre de 2015. Causó sensación e impacto en los medios su muerte por hipotermia en un accidente de kayak en el lago Carrera, unos 500 km al sur de este sector. El kayak en el que navegaba se hundió en las aguas heladas y una hora más tarde lo pudieron sacar pero la temperatura corporal era de solo 16º, así que no lo pudieron salvar.

Sus experiencias en las montañas y los fiordos patagónicos húmedos y fríos lo llevaron a construir la empresa de implementos de montaña North Face, hoy en día una de las marcas más reconocidas en el mundo. Su imperio económico le permitió comenzar a comprar tierras de fundos en la región, dedicados a la tala y extracción de maderas. Con el espíritu de conservación llevado a extremos nunca vistos, adquirió millones de hectáreas de terrenos intervenidos en los valles y las vertientes vírgenes de las montañas que los rodeaban, desde el sur de Hornopirén hasta el sur de Chaitén y en otras extensas regiones de la Patagonia.


Tompkins peleó con el régimen de Pinochet y trató de oponerse sin éxito a la construcción de la carretera Austral. Los chilenos lo recuerdan de dos maneras opuestas: con admiración por su tenacidad en la lucha por la conservación ambiental, pero con resentimiento por su actitud prepotente y por el monopolio de tierras por parte de un extranjero. En algún momento esta situación generó fuerte polémica sobre la soberanía nacional, una franja importante de la Patagonia chilena estuvo aislada durante muchos años por la decisión de un dueño de terrenos que iban desde la cordillera hasta el mar.

En la región viven algunos descendientes de los pueblos originarios y de los colonos de fundos que se establecieron allí en el siglo pasado y cuyo acceso era por mar o desde Argentina a través de algunos pasos de montaña al sur de Esquel.


Los conocedores saben que Tompkins adquirió en toda la Patagonia más de 4 millones de hectáreas que en parte fueron entregados al estado para la creación de Parques Nacionales. El Corcovado, por ejemplo, es un área virgen con varios volcanes y nevados que va hasta el mar al sur de Chaitén, hoy administrado por CONAF. 
  
Es sorprendente desde que la ruta Austral en este sector es bastante angosta, en los bordes crecen lindísimos tapetes de helechos y enormes gúneras (mazorca de agua) que alcanzan hasta 2 metros de diámetro. La frescura del ambiente es fantástico, lo único que molesta es la avalancha de tábanos que se abalanzan sobre nosotros. Toda esta región al sur de Hornopirén forma parte del parque Pumalín, la reserva privada más grande del mundo con casi 3000 km2. La Fundación dueña del Parque Pumalin está actualmente en conversaciones con el Gobierno para cederlo al estado, bajo ciertas condiciones que aseguren su conservación en manos de las entidades oficiales, de acuerdo con los deseos loables de Tompkins. 


La rampa de Caleta Gonzalo, las instalaciones cercanas al puerto son impecables, y los senderos que anuncia el Parque para caminar son de una perfección y buen gusto que no vimos en ningún otro Parque. Los caminos están cuidadosamente labrados dentro del bosque, con rampas en madera, escalones y barandas perfectamente cortadas, sin descuidar ningún detalle. Estas obras están armoniosamente integradas al paisaje de la selva y protegen los terrenos de la erosión.


Seguimos en el día varios de estos caminos, dejando el carro en los sitios de parqueo al lado de la vía. El bosque de alerces milenarios del Pumalín muestra en un recorrido de pocos kilómetros los ejemplares más grandes que hemos visto hasta ahora y que fueron preservados desde siempre en un sector no afectado por el hombre ni por los volcanes. Hermosas cascadas bajan de la montaña y pueden visitarse también gracias a la construcción de estos senderos de acceso.


Finalmente, un poco más adelante encontramos las zonas de camping del parque e instalamos la carpa en un lugar con quincho (espacio cubierto para cocinar), arreglado con un espeso colchón de césped en el espacio destinado a instalar la carpa. El cobro de tarifa para pernoctar es irrisorio, el parque invita prácticamente a los visitantes a recorrerlo gratuitamente.


El año 2008 ocurrió una gran erupción del volcán Chaitén (1200 m.s.n.m.) localizado dentro del parque Pumalin, que había permanecido inactivo durante los últimos 9000 años. La emisión liberó gran cantidad de fragmentos y arenas volcánicas que cayeron en los bosques y en los valles circundantes dejando una cobertura de material que en algunos lugares alcanzó 1,5 metros de espesor. La carretera Austral pasa en ese sector a solo 2,5 km del cráter y quedó sepultada por los depósitos.


Cuatro días después, el volcán produjo una segunda erupción en forma de flujos piroclásticos que arrasaron bosques milenarios en la redonda y produjeron una avalancha de escombros que afectó parte del pueblo de Chaitén localizado a 15 km al sur del cráter. Las autoridades dieron la orden de evacuación y toda la población salió de la región sin que se produjera ninguna víctima fatal.


El día siguiente hicimos el corto pero fatigoso ascenso al volcán en una hora y media hasta el cráter situado a 700 m.s.n.m. dentro del parque. En la carretera aparecen los vestigios de la catástrofe natural que produjo el volcán en el sector. Grandes volúmenes de material y troncos de árboles fueron arrastrados por las crecientes de los ríos en las posteriores épocas de lluvia que caracterizan estas regiones australes, cuya pluviometría es del orden de 4000 mm/año.



En la subida apreciamos con espanto la fuerza de la explosión que destruyó el bosque milenario del entorno dejando troncos en pie y numerosos árboles fragmentados en pedazos hasta distancias de varias decenas de km a la redonda. Los flujos piroclásticos son oleadas de material que es transportado por los gases a altas temperaturas a velocidades de varios centenares de kilómetros por hora a lo largo de las laderas y en algunos casos pasan por encima de los valles y afectan las vertientes vecinas.


La erupción produjo un cono de 200 metros de altura al interior de la enorme caldera del volcán, que hoy permanece humeante con multitud de fumarolas. El volcán está monitoreado permanentemente y se permite el ascenso hasta el borde del cráter externo mientras no haya señales inminentes de actividad. Al interior de la caldera se ven depósitos de lodos volcánicos y lagunitas que se han formado por las lluvias y las nieves del invierno. En el camino de ascenso encontramos enormes fragmentos de vidrio (obsidiana) y piedra pómez, materiales que denotan la alta explosividad de la erupción.


El parque fue cerrado al público durante casi cuatro años mientras realizaban ingentes trabajos de remoción de escombros y recuperación de instalaciones. Al pueblo de Chaitén regresaron muchos de los antiguos pobladores, a pesar que oficialmente la zona se considera de alto riesgo. Una señora que vivió la experiencia nos contó su historia.

Su marido trabaja en Obras Públicas y participó en las labores de recuperación de la carretera Austral. Una gran parte del pueblo localizado al otro lado del río que viene del volcán no fue afectado por las avalanchas, pero el gobierno inició la demolición de todas las casas para evitar el repoblamiento. En todos los casos se pagó un valor importante por las propiedades, por lo que no hubo lugar a reclamos. Sin embargo, la gente no se resigna a vivir fuera de este lugar alejado de la civilización, a pesar de la amenaza permanente que se cierne sobre ellos. Algunas mentes suspicaces piensan que el Parque Pumalin podría estar interesado en seguir expandiendo los terrenos y recuperar los bosques deteriorados en esos sectores poblados.

El esfuerzo que ha hecho la Fundación para recuperar las zonas de visitantes del parque es admirable. 25 km al sur del pueblo de Chaitén se encuentra la sede de la administración del Parque Pumalin en el sector de Amarillo. La casa de la administración, la tienda de abastecimiento con servicio de wifi gratuito, la estación de combustible y todas las construcciones sobre la carretera Austral, tienen el estilo impreso por Tompkins. La calidad y el buen gusto de las instalaciones y el cuidado en los detalles nos deja perplejos, no parece que estemos en una de las regiones más recónditas de la Patagonia norte chilena.

El acceso a los sitios de camping del sector  sur de Pumalín, en el valle del vecino volcán nevado de Michinmahuida de 2400 m.s.n.m. cuenta con vías arregladas sobre el material volcánico expulsado por el Chaitén, los campos y las instalaciones están perfectamente mantenidos. Estos valles que fueron anteriormente las zonas más deforestadas por los madereros, son hoy en día los lugares de acampada del Parque. Los pastos fueron recuperados luego de retirar toneladas de material volcánico, al contrario de otras regiones afectadas por la caída de arenas volcánicas, los lugares de para pernoctar en el Parque Pumalín son oasis verdes de una gran belleza y frescura. Los alrededores que no fueron afectados por la erupción mantienen las selvas vírgenes.



Desde el camino del Mirador, sendero que pasa por un lugar alto, pudimos apreciar toda la cuenca del Michinmahuida que tiene un enorme glaciar en retiro. Este alimenta el enorme río Amarillo que pasa al pie de la sede administrativa. Se sabe que este volcán nevado aparentemente sin actividad, podría ocasionar una gran catástrofe si llegara a reactivarse, mucho más impactante que la del Chaitén ya que posee un enorme casquete glaciar.


Después de varios días en esta lindísima región, nuestra intención era continuar hacia el sur hasta el Parque Nacional Queulat, famoso por los ventisqueros (glaciares) colgantes, uno de los lugares más hermosos de la Patagonia. Sin embargo, una triste noticia que recibimos de Alemania nos obliga a suspender el viaje temporalmente. Los Guarparques del parque Pumalin ponen a nuestra disposición sus instalaciones y medios de comunicación, y en una jornada de ocho horas logramos reservar los tiquetes de avión desde Santiago, de donde nos separan unos cuatro días de viaje en carro. 

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