jueves, 24 de septiembre de 2015

LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN EL PERÚ, PARAÍSO PARA GEOTECNISTAS

LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN EL PERÚ, PARAÍSO PARA GEOTECNISTAS. Tarma, 21/09/2015

Nos despedimos de Beto, nuestro anfitrión en el Hotel Alpamayo de Caraz, quien nos recomendó viajar al famoso sitio arqueológico de Chavin de Huantar por una vía asfaltada que atraviesa todo el macizo al sur del Huascarán. La carretera sube en zigzag por los enormes conos de deyección de las paredes de granito, y en ella se aprecia en toda su inquietante amplitud la inestabilidad del terreno. Los fragmentos de roca se encuentran inmersos en una matriz de arena suelta, lo que ocasiona derrumbes permanentes que tapizan la calzada, ya de por sí estrecha. El ascenso es vertiginoso y termina en el túnel Punta Olímpica de 1,5 km, para pasar al valle opuesto donde se desciende hasta el pueblo de Chacas a 3300 msnm en pocos kilómetros.







El pueblo de Chacas es célebre por los trabajos en madera que realizan artesanos formados por una comunidad Salesiana procedente de Italia. El pueblo sorprende por el estilo de sus casas y los trabajos de ebanistería. Las maderas provienen de la selva que se encuentra a “corta” distancia.



De Cachas viajamos a Chavin de Huantar por una vía que en parte es “carretera” (destapada) y en parte “pista” (asfaltada), monte pa’rriba y monte pa’bajo. Nos alojamos en un hotel en la Plaza de Armas, regentado por una matrona algo huraña. Sin embargo, cuando se entera que venimos de Colombia, el trato se vuelve más cariñoso. Aprovechamos la tarde para visitar las ruinas, un extraño complejo de templos en la confluencia de dos ríos que de vez en cuando han producido las respectivas avalanchas. El templo principal está erigido sobre una construcción de piedra con laberintos en su interior. Llama la atención una extraña figura en piedra de 4,5 metros de altura en el centro de los pasadizos subterráneos. El centro ceremonial en la entrada está construido mitad en granito blanco y mitad en caliza negra y está orientado astronómicamente con una plaza que parece representar la Cruz del Sur.







De Chavin tomamos una interesante carretera (destapada) que nos llevó monte pa’rriba a un lugar muy extraño. Se trata de un proyecto de mega-minería de metales (Cu, Zn, Pb) llamado Antamina a 4300 msnm que causa espanto a la vista: gigantescas pilas de escombros sobre las que trabajan enormes volquetas se amontonan hasta donde alcanza la vista. Al fondo se observa un gran lago de aguas azules, cuyo color no corresponde al bello turquesa de los lagos de la Cordillera Blanca. En este caso son los depósitos de lodos y las aguas de minería en el fondo del valle aledaño a la zona de explotación. Las montañas han sido literalmente trituradas para dar paso a un paisaje estéril que nada tiene ya que ver con la puna de los valles vecinos.

La vía pública cruza por la zona minera, entre barro y guardias de seguridad, y termina detrás de una malla que separa el pueblo minero de Altamina construido con contenedores en varios pisos en donde habitan miles de obreros. El pueblo tiene terminal de buses para el viaje a Lima, y una flotilla de centenares de busetas para la movilización del personal dentro de la mina. En este punto salimos a una pista de varios carriles, construida hasta la puerta del proyecto minero.





Pocos kilómetros más adelante desviamos por una carretera (destapada) que indicaba Huayanca, siguiente etapa de nuestro recorrido. Rápidamente estuvimos de nuevo en la puna hasta donde alcanza la vista y vimos los primeros rebaños de alpacas. Preguntando a los pocos campesinos que cruzamos en el camino, nos enteramos de la fuerte presión que ejerce la empresa sobre la región, con compra de nuevos terrenos y presencia de guardias a caballo. Llama la atención los baños portátiles que aparecen de cuando en cuando en el paisaje natural, lo que se explica cuando también se ve el chaleco naranja y el casco del respectivo guardián; suponemos que las normas ISO 9000 no les permiten hacer las necesidades en la naturaleza.



Algunos terrenos han sido ocupados para montar torres de energía para la mina y el contraste es tremendo cuando debajo de esas líneas las casas campesinas de adobe y techo de paja no tienen electricidad. Algunas “mejoras” como tejas de zinc o escuelas rurales encercados con muros antisísmicos de colores rojo y azul que contrastan con el paisaje natural, donde se encierra a los niños acostumbrados a la vida al aire libre, parecen ser las compensaciones de la empresa con las comunidades.

Después de varias horas descendiendo por un valle estrecho interminable y poco habitado llegamos de nuevo a la pista que une el pueblo de Huayanca con la Unión en la vía que según los mapas conduce a la ciudad de Huánuco. La carretera se volvió cada vez más estrecha y escarpada, y comenzó a subir poco a poco siguiendo los contornos de una ladera muy inestable. El río estaba centenares de metros más abajo, y el abismo se volvía más amenazante. Afortunadamente estamos al final de la estación seca, pues en cada paso de quebrada se ven los deslizamientos de las lluvias anteriores y la vía ha perdido parte de la bancada. Los avisos que aparecen no tranquilizan, se anuncia la vía con curvas peligrosas y se recomienda no correr para proteger la vida de los pasajeros y tocar el “claxon”. Encontrar un vehículo en sentido contrario siempre es azaroso y para rematar nos han recomendado no andar después de las tres de la tarde pues puede haber atracos en la vía.




Llegamos sin mayor contratiempo al caserío de Chavinillo que según el altímetro está a 3500 msnm, colgado de un barranco. El sitio es realmente el Perú requete-profundo, nos alojamos en el hotel Casio, algo “ucho” y aprovechamos para hacer un corto paseo a las ruinas arqueológicas anunciadas encima del pueblo, unas construcciones inmensas que ocupan la cumbre de la colina a donde se sube por entre los campos por caminos muy pendientes. Curiosamente el estadio de futbol está en la parte alta, una explanada en tierra donde jugaban el campeonato de niñas del pueblo. El verdadero estadio es una obra inconclusa y abandonada en el único plano que tiene el pueblo. Pudimos charlar con la gente y fuimos abordados por una gran cantidad de niños y niñas que parecían encantados con la visita. En la escuela aprenden español pero hablan con un fuerte acento quechua que es la lengua de la casa y del pueblo. Nosotros pasamos por gringos aunque me canso de repetir que venimos de Colombia. Los niños se ofrecieron a enseñarnos quechua si nos quedamos unos días en el pueblo.

Por la noche nos despertamos algo alarmados pues empezó a llover. El camino que seguía era la parte más azarosa del recorrido por lo estrecho de la vía, aunque nos aseguraron que de día no habría problemas de seguridad. Amaneció nublado pero afortunadamente esta primera lluvia después de 5 meses de sequía apenas mojó el suelo. La gente estaba feliz porque ya empezaron las siembras y solamente esperan la llegada del agua.



El camino a Huánuco pasó sin contratiempo, aunque tuvimos neblina en la parte alta, nuevamente puna. En el descenso hasta el siguiente valle cruzamos muchos carros que venían del mercado. Algunos manejan muy rápido y realmente es un milagro que no se presenten muchos accidentes.

Antes de Huánaco (2150 msnm) paramos a visitar las ruinas de Kotosh, conocidas como el templo de las Manos Cruzadas por dos alto-relieves que encontraron en las paredes. Un guía del lugar con quien entramos en conversación colombo-peruana, nos mostró un fenómeno extraordinario que descubrieron. Se trata de un punto al aire libre desde donde la voz propia resuena como si estuviera en un recinto cerrado. Dos personas colocadas frente a frente con el punto al medio, las voces resuenan. Si se desplaza hacia un lado ya no siente este efecto. Nos aseguró que la brújula en ese sitio pierde la orientación. El tema es muy interesante y estos tipos de fenómenos se han registrado en otros lugares arqueológicos, lo que indica alguna forma de concentración de energía.




Finalmente, de Huánuco nos dirigimos a Junín donde pensamos pasar la noche. La vía a partir de aquí es maravillosa pues es la ruta principal que lleva a Lima. Esta vez subimos nuevamente más de 2000 metros, pasamos por otra zona deprimente de mega-minería cerca al Cerro de Pasco a 4300 msnm, nuevamente en puna. Estas tierras altas se extienden hasta el horizonte formando lo que los peruanos llaman pampas. Hacia el fondo del altiplano está Junín, gélido pueblo que recuerda las gestas libertadoras. Con los últimos rayos del sol alcanzamos a visitar el monumento de Cachapampa donde se dio la batalla de Junín contra los españoles el 6 de agosto de 1824. 


La ex-alcaldesa de Junín, después de una charla patriótica, nos aconsejó ir al pueblo de Tarma para pernoctar, lo que agradecimos pues el viento y el frío nos alcanzaron a espantar. Llegamos a Tarma a las 7 p.m. con una temperatura mucho más agradable a pesar que el pueblo está a 3100 msnm, donde bajan los pudientes del altiplano a temperar.

En la próxima entrega  relataremos la travesía de la sierra desde Tarma hasta Cuzco, pasando por la espectacular ciudad de Huamanga (mal conocida como Ayacucho).

LAS HERMOSAS MONTAÑAS PERUANAS ESCONDEN AMENAZAS NATURALES

LAS HERMOSAS MONTAÑAS PERUANAS ESCONDEN AMENAZAS NATURALES, Chacas, 17 de septiembre de 2015

La cordillera Blanca es una montaña de roca granítica, intrusión ígnea que se formó durante el levantamiento de los Andes. Por su gran altitud se formaron potentes casquetes de hielo y lenguas glaciares que pulieron la roca y dejaron los típicos valles en forma de U.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA PELIGROSA VÍA DE ASCENSO A LA SIERRA POR EL CAÑÓN DEL RÍO SANTA

LA PELIGROSA VÍA DE ASCENSO A LA SIERRA POR EL CAÑÓN DEL RÍO SANTA. Domingo, 13 de septiembre de 2015

Salimos de Huanchaco el domingo temprano cuando los pescadores regresan de su faena diaria en los conocidos "caballitos de mar", pequeñas embarcaciones hechas con junco, que se utilizan desde épocas pre-colombinas. Nos despedimos de la costa peruana por un tiempo, la intención es continuar el recorrido hacia el sur, aprovechando el buen tiempo por la sierra.



Nuestro primer objetivo es la Cordillera Blanca es el callejón de Huaylas, famosas montañas nevadas de más de 6000 metros de altura localizadas a unos 200 km al sureste. Para llegar allí nos recomendaron la vía que pasa por el Cañón del Pato. Tomamos la ruta hacia Chimbote, al sur de Trujillo. En una gasolinera sobre la Panamericana averiguamos por casualidad el camino hacia Huaraz, posible destino final de la jornada. En efecto, encontramos el acceso a esta ruta cerrado con una barrera, que abrieron para dejarnos el paso. La recomendación era el pago de un peaje a la salida de la vía en la bocatoma de aguas del proyecto.

El camino destapado se introduce por una región desértica con poca circulación y pasa por diferentes puntos donde se ven los trabajos de toma de aguas del río Santa que baja de la Cordillera Blanca, cuyo objeto es irrigar extensas regiones desérticas de la costa. Este proyecto sirve de carta de presentación a Alan García, ex-presidente y candidato para las elecciones de Perú en 2016.






Salimos a la vía principal sobre el caudaloso río Santa y comenzamos a ascender por una vía que penetra cada vez más profundo por un valle muy estrecho y desértico. Por entre paredes cada vez más altas de materiales que han sido acarreados y depositados por el río, con enormes rocas sueltas que cuelgan encima de la vía, comenzamos a ascender hacia la sierra.



El camino es impresionante, cada vez más estrecho y expuesto a abismos. En un par de ocasiones tuvimos que maniobrar para dar paso a camiones que cruzamos en los puntos más angostos. Durante horas ascendimos por la cordillera en medio del calor y del polvo. En el viaje nos imaginamos el peligro de este camino si llega a llover o en caso de un sismo, no quedaría piedra sobre piedra. Estas eventualidades no son tan improbables en este tiempo de cambio climático con el fenómeno del Niño en ciernes, o los terremotos que sacuden de cuando en cuando la región.

Finalmente alcanzamos el pueblo de Huayanco donde la vía sigue el famoso cañón del Pato, construida para un ambicioso proyecto hidroeléctrico. Aunque está en muy buen estado, esta vía es de un solo carril y está colgada a varios centenares de metros por encima del río, afortunadamente sobre paredes duras de roca granítica.



La salida del cañón nos llevó a un hermoso valle a 2300 msnm al pie de las cordilleras Blanca y Negra, Una noche de descanso en el pueblito de Caraz, para continuar el ascenso de la cordillera hasta un paso a 4300 msnm. A pesar del tiempo seco, hay campos de cultivo impecablemente laborados en las pendientes, gracias a un eficiente sistema de riego que lleva agua a todas las parcelas por canales que descienden de la montaña a lo largo de la vía. Los paisajes son bucólicos y tiene como escenario el fondo del valle 1500 metros más abajo, y enfrente, el majestuoso espectáculo de los nevados del Parque Nacional Huacarán (6768 msnm, el pico más alto del Perú).



La carretera estrecha pasa por un bosque de puyas gigantes que alcanzan hasta diez metros de altura, especie original de la Cordillera Negra a 4000 metros de altura. Este circuito nos llevó de nuevo a Caraz, después de descender 2000 metros por otros poblados dispersos entre los que se destaca Huata. La vuelta nos ayudó a reconocer la región, hablar con la gente sobre las prácticas de cultivo y la irrigación que les permite obtener dos cosechas al año de diferentes tubérculos, maiz y quinua. El ambiente recuerda al Boyacá rural de los años 60.



Nuestro siguiente destino es la Cordillera Blanca con sus hermosas lagunas y picos nevados al otro lado del callejón de Huaylas.

sábado, 12 de septiembre de 2015

LAS RUINAS DEL NORTE DEL PERÚ

LAS RUINAS DEL NORTE DEL PERÚ. Huancayo, sábado 12 de septiembre.

Dejamos el delicioso refugio de Vilcabamba en dirección a Macará, frontera de Ecuador con Perú. El viaje nos lleva a través de la sierra que desciende hacia el suroccidente, por valles estrechos cada vez más secos. La vegetación está dominada por los algarrobos, una especie de acacia retorcida de madera dura y grandes ceibas desprovistas de hojas que en esta época están llenas de frutos que cuelgan de las ramas junto con barba de líquenes.




Adelante de Macará está el "puente internacional", con una caseta en el lado ecuatoriano para hacer los papeles, sin ningún problema, y otra caseta en el lado peruano para hacer las tarjetas de migración de las personas y el carro. Aparte que los funcionarios no han visto por acá mucho carro colombiano, y que la descripción del vehículo era un poco imprecisa: 4x4 se tradujo como cuatro puertas, el trámite no tuvo tampoco ningún problema. Nuestro seguro SURA valió para la aduana como SOAT internacional y por lo pronto no hemos tenido inconvenientes. En la frontera no vimos actividad de cambio de divisas, así que continuamos el camino esperando encontrar algún lugar para aprovisionarnos con soles. Después de pasar por una caseta de peaje que por fortuna no estaba en servicio, nuestra situación monetaria era precaria pues cuando quisimos llenar el tanque del carro, no recibían dólares. Solamente muchos kilómetros más adelante pudimos encontrar un cajero automático y nos dimos cuenta que la gasolina es casi tres veces más costosa que en Ecuador: 12,6 soles (aproximadamente 12.600 pesos colombianos por galón).

Nuestras expectativas de visitar ruinas quedaron rápidamente satisfechas. Desde la frontera, la carretera empezó a tener cráteres, al lado empezaron a aparecer ranchos abandonados en medio de la polvareda del desierto y donde había gente, la basura y las bolsas plásticas se hicieron los compañeros permanentes del viaje. Más adelante nos sorprendió comenzar a ver grandes cultivos de limón, maracuyá, mango y otros frutos en pleno desierto, la explicación era la presencia de enormes canales llenos de agua con lo que están regando estos campos áridos. Asociaciones de campesinos y comunidades se han tomado posesión de terrenos al lado de la vía en lo que eran baldíos que con el tiempo podrán ser irrigados. El contraste entre zonas cultivadas y sin uso son tremendas, lo que demuestra que con agua estos suelos son productivos.

Pasamos la noche en la ciudad de Piura y al día siguiente seguimos la ruta Panamericana que corre de norte a sur por la mitad de un extenso desierto, sin ver la sierra ni el mar, pocos vehículos y centenares de kilómetros sin pueblos.




Este paisaje está interrumpido por zonas fértiles que corresponden a los valles de los ríos que descienden de la cordillera hacia el mar. Son especies de oasis en medio del desierto costero donde se instalaron las poblaciones desde la época precolombina. Cada valle tiene pueblos en crecimiento desordenado, que han invadido lo que antiguamente eran intensos campos de cultivo de la cultura moche. Lo que impresiona es que cada uno tiene también las ruinas de construcciones de adobe llamadas huacas, que corresponden a pirámides truncas muy grandes que dominaban los antiguos pueblos. Perú tiene gran cantidad de tesoros arqueológicos de este tipo que les cuesta estudiar y restaurar. Algunas famosas ruinas están abiertas al público, pero la mayoría están apenas declaradas como "zonas intangibles" para prevenir la acción de los huaqueros que han hecho de las suyas durante décadas.

En el camino paramos a almorzar en un pueblito llamado Morrope donde visitamos una antigua iglesia colonial. Hablando con un cura joven que nos contó la historia de la iglesia construida en adobe y el efecto catastrófico del fenómeno del Niño de 1983 y 1997 sobre la edificación, nos enteramos de los graves daños que sufrió toda la región durante esos períodos inusuales de lluvias en la costa.


Como no llueve, todo está construido en adobe crudo con techos poco elaborados. Nos indicó un desvío por medio del desierto para visitar las ruinas de la Huaca Túcume, a donde llegamos con el carro bien empolvado, Unas veinte pirámides muy deterioradas alrededor de un cerro indican la existencia de un centro importante de la cultura Moche que se desarrolló entre los siglos I a VIII en uno de esos valles fertilizados por ellos con canales de irrigación. Los sucesivos fenómenos del Niño deterioraron estos monumentos, pero los vestigios que aún conservan relieves en barro con extrañas figuras de peces y aves, dan cuenta del grado de desarrollo de esta civilización de casi dos mil años de antigüedad.




En Lambayeque, cerca de la ciudad de Chiclayo, donde dormimos la siguiente noche, visitamos el famoso Museo Tumbas Reales de Sipán, que contiene el tesoro de varios señores Moche de la Huaca del valle del río Reque. Este museo es una obra de arqueología impresionante que logró extraer en 1987, de manera científica y ordenada, los entierros con todo el ajuar (máscaras, orejeras, narigueras, sofisticados collares y estandartes en cobre, oro y plata, conchas y piedras), incluidos esposas, soldados, perros y llamas acompañantes del difunto, lo que permitió reconocer y entender muchos aspectos misteriosos de esa sociedad, antes de que las tumbas fueran saqueadas. Los objetos preciosos que aparecieron en el mercado ilegal hace 30 años procedente de una tumba de la Huaca Sipán, alertaron a las autoridades sobre el hallazgo de algo grandioso. Solamente para ver este museo justifica el paso por las ruinas modernas que lo rodean.

Lambayeque, Chiclayo y otras ciudades costeras sufren la invasión de mototaxis que en hordas desordenadas embisten por las estrechas vías y aturden con el ruido de los pitos y los motores día y noche a los impotentes ciudadanos. Las ciudades crecen sin ningún control ni planeación, lo que podrá convertirlas en futuras ruinas modernas.

De allí fuimos a Huanchaco, pequeño pueblo pesquero (y de surf) cerca a la ciudad de Trujillo, desde donde visitamos las famosas ruinas de Chan Chan, los restos del complejo de adobe más grande del mundo. Visitamos las ruinas del palacio Nik-an (600 metros de largo), uno de las decenas de construcciones que apenas están en proceso de excavación.



 Otras Huacas de los alrededores como la de El Dragón han sido tragadas por la ciudad y se encuentran escondidas detrás de muros al lado de las avenidas.

 

 En todas las huacas tienen perros "biringos", sin pelo, raza que viene de la época precolombina y est´protegida por el Estado. También existen en México y parece que fueron traídos de allá antes de la conquista. Los perritos se ven algo feos pero son muy cariñosos. La temperatura corporal es de 40oC y eran muy apreciados por los habitantes de la época.






Finalmente, la Huaca de la Luna, espectacular pirámide con grabados fantásticos que conservan aún los colores de las pinturas murales, junto con el museo que recoge las piezas de metales y cerámicas con pinturas que recrean la historia, recuperados en las tumbas de esta Huaca, nos dieron una última visión de la magnífica civilización que se desarrolló en estas tierras, incluida la aparición de una nueva cultura Chimu, de raza y costumbres diferentes a los anteriores. Hoy en día se preguntan por el origen de estas culturas, incluida la posibilidad de comunicación con Asia.



La figura de abajo representa al "dios" de la montaña al que se ofrecían sacrificios humanos en épocas de lluvia o de sequía. En el siglo V hubo un super fenómeno del Niño que debilitó esta cultura por las intensas lluvias que generaron catástrofes. Hoy en día Perú se prepara para un Niño de alta intensidad que se está preparando para este año...




Fotos espectaculares de estos monumentos se pueden ver en Google.

Hasta la próxima.


jueves, 10 de septiembre de 2015

VILCABAMBA, EL PARAISO PARA LOS VIEJITOS

VILCABAMBA, EL PARAISO PARA LOS VIEJITOS. Domingo, 6 de septiembre de 2014.

Los últimos dos días en Cuenca fueron un poco pesados por cuestiones de salud. Sergio se enfermó de la barriga, con fiebre alta y para rematar el caso, se juntó con una fuerte gripe. Afortunadamente Isolde solamente se contagió con la gripe. Por lo anterior, decidimos salir de nuestra fría y hospitalaria Cuenca y dirigirnos hacia tierras más benignas al sur de Ecuador. El destino escogido por su buena fama para la salud fue Vilcabamba, pequeño pueblo famoso por la longevidad de sus habitantes! Si la gente allí vive más de cien años, pensamos, el clima tiene que ser muy sano.

En un recorrido de 250 km por la sierra, en un subir y bajar de cerros, monte para arriba y monte para abajo, con neblina y lloviznas cuando la carretera superaba los 3000 m.s.n.m. y valles secos en las partes bajas, llegamos a la ciudad de Loja a 2100 m.sn.m. después de todo un día de camino. En el recorrido alcanzamos varios grupos de jóvenes que viajaban en bicicletas de regular calidad para la exigencia del terreno. Curiosos por saber de que se trataba, nos detuvimos a charlar con dos que descansaban en el fondo de uno de los valles, antes de emprender el nuevo ascenso. Nos contaron que habían salido el día anterior de Cuenca y habían pedaleado toda la noche, en total 15 horas. Viajaban en peregrinación a la Virgen del Cisne en Loja, a donde solamente les quedaban... otras cinco horas de ruta! En efecto, Loja celebraba la fiesta de la Virgen patrona y en esos días miles de visitantes llegaban en todo tipo de medios de transporte. La catedral estaba llena y tenían prevista la plaza central para recibirlos.


A medio día paramos a almorzar en el pueblo de Saraguro, capital de un camtón reconocido por la comunidad del mismo nombre que lo habita. Se trata de un grupo que fue desplazado por los incas en el conocido sistema de mitimaes: Conjunto de indígenas que enviaba el imperio inca a determinado sitio estratégico para cumplir funciones a su servicio; podían cultivar la tierra, defender las fronteras o realizar cualquier otra tarea (google). Llevan los hombres pantalones oscuros tres cuartos, ruana tejida y sombrero negro y trenza. Las mujeres una falda larga y angosta negra, chal tejido y hermosas trenzas adornadas con cintas de colores que les cae hasta mitad de la espalda. Las facciones son muy lindas y el porte digno. Por ser domingo, mucha gente que vive en las montañas estaba en el mercado. Da gusto ver el porte de esta gente, con que orgullo siguen sus costumbres. De allí salió una marcha de protesta que llegó a Quito caminando un mes antes, justo cuando el Cotopaxi entró en actividad, lo que le restó fuerza a la manifestación. Aún están algunas decenas de personas retenidas por la policía, en el pueblo anunciaban nuevas marchas para los próximos días.





Seguimos nuestro camino a Vilcabamba que está situada a una altura de 1.500 m.s.n.m., 50 km al sur de Loja, en un último valle antes de emprender el camino a la selva por el sector de Zumba. Nuestras informaciones nos llevaron a la hostería campestre Izhkayluma a dos kilómetros del pueblo, organizada por unos ex-mochileros alemanes. El sitio resultó maravilloso, en medio de un extenso bosque seco de montaña lleno de pájaros, con cabañas repartidas en el paisaje. Cuarto con baño!, y hamacas en la terraza. La comida suave en un restaurante abierto con vista al fondo del valle verde donde se localiza el pueblito, se disfruta teniendo enfrente las laderas que suben al Parque Nacional Podocarpus que culmina a 3500 m.s.n.m. Este valle respira una atmósfera de paz y tranquilidad, con una temperatura confortable. Menos mal, por ser día domingo, tenían una habitación libre por dos días, el lugar es tan reconocido que es necesario reservar con anticipación: nos quedamos!






Para empezar a sacarnos la gripa de encima alcanzamos a hacer un recorrido de 1 hora por el bosque antes de ir a dormir, siguiendo caminos indicados dentro de la propiedad. Al día siguiente, el recorrido fue más exigente. Hicimos un circuito con senderos muy bien indicados, para subir a las montañas que nos rodeaban. El clima es muy seco y puede calentar mucho durante el día si está despejado. Sin embargo este día estuvo cubierto, de vez en cuando lloviznas del páramo vecino alcanzaban a descender al valle, lo cual era muy agradable para nuestro ejercicio. La subida con 600 metros de desnivel nos llevó a unas montañas cubiertas con escasos pajonales, siguiendo senderos poco trazados en los filos de los cerros. Con buen clima no hay problema, pero el camino se vuelve muy peligroso en época de lluvias. Las montañas consisten de sedimentos arenosos no consolidados, y muestran huellas recientes y antiguas de enormes erosiones que las han ido desgastando con el paso del tiempo. Los caminos son muy expuestos y la bajada se hace por sendas poco visibles con muy fuerte pendiente, sobre material suelto en el que no hay que resbalar. En compensación la vista es maravillosa sobre los valles vecinos en puntos de observación que dominan todo el paisaje a la redonda.




El final del recorrido discurre por el cauce seco de una quebrada, que nos sacó a la vía después de 5 horas de marcha. Al mismo tiempo, el extenuante ejercicio también nos sacó la gripe. Isolde opinó que el tratamiento era algo fuerte, pero como al llegar al hostal nos ofrecieron una sesión gratuita de yoga, pensamos que era la ocasión ideal para ensayar esta técnica de relajación. No conocíamos la intensidad del tratamiento, dirigido por una "suave" instructora argentina, y tuvimos que aguantar otra hora de fuertes ejercicios antes de llegar a la ansiada sesión de relajación.

El día estuvo muy bien aprovechado, y terminó con una rica ensalada de tomate con queso mozarella en el mismo lugar. Visitamos el pueblo y nos aprovisionamos para el viaje a Perú que emprenderíamos al día siguiente, y nos fuimos a dormir con el espíritu tranquilo superado lo peor de los males; las peleas pueden esperar hasta más adelante. Esta corta estadía en este valle paradisíaco resultó reparadora, a pesar de los esfuerzos. Nuestro alojamiento se encuentra al final de una vía conocida por los locales como "la Eterna Juventud".


Hasta la próxima entrega.

sábado, 5 de septiembre de 2015

VIAJE A CUENCA, COMUNIDADES Y COSTUMBRES

VIAJE A CUENCA, COMUNIDADES Y COSTUMBRES

Sábado 5 de septiembre de 2015

El viaje de Riobamba a Cuenca pasa por paisajes muy variados de la Sierra Central de Ecuador. La carretera sube a más de 3000 m.s.n.m. en la región de Colta, un altiplano húmedo habitado por comunidades indígenas que viven del cultivo de quinua y otras plantas autóctonas tradicionales. Las antiguas chozas de barro con techo de paja han sido reemplazadas por casas de cemento, lo que a los ojos del visitante le quita algo del romanticismo al que estábamos acostumbrados hace unas décadas.




Sin embargo, las costumbres y actividades siguen siendo las mismas. En el recorrido se ve a la gente ocupada en las labores del campo, cosechando los granos, las mujeres cargan enormes fardos de hierbas o se ve a algunas personas arando con bueyes.




Pasando por la entrada al Parque Nacional Sangay, descendimos hasta Alausi, un pueblo colgado en un profundo cañón a donde llega el tren de Riobamba. Después de almorzar en un delicioso ...corrientazo al lado de la estación del tren, seguimos hacia Cuenca. La carretera sube y baja lomas entre 3000 y 3500 m.s.n.m. 





A partir del pueblo de El Tambo, lugar que antiguamente servía de etapa a los chaskis o mensajeros incas, el paisaje de la sierra comenzó a perder bastante de su encanto natural debido a la proliferación de enormes casas en construcción. Este sector que incluye los pueblos de Cañar y Azogues, sufren hoy en día de un crecimiento desbordado, aparentemente como consecuencia de inversiones que hacen miembros de las comunidades que emigraron por miles a Estados Unidos y a Europa. Las remesas se utilizan para invertir en esta actividad, pero realmente se construyen enormes esperpentos estilo "Miami" totalmente inadecuados al clima frío y ventoso de los 3000 metros de altura.

Al atardecer llegamos a Cuenca y nos alojamos en un hostal en el centro de la ciudad. Esta ciudad es un verdadera joya arquitectónica y cultural con sus 52 iglesias, incluida la catedral nueva, y varios museos sobre la historia de la región. En la región se encuentran canteras de mármol que han sido utilizados para la construcción de casas e iglesias.



Su situación geográfica es excepcional en un extenso valle a 2550 m.s.n.m. en el que corren cuatro caudalosos ríos de aguas transparentes, provenientes de los páramos de la cordillera occidental que separan la sierra de la costa Pacífica. La gente de Cuenca es muy amable, siempre dispuestos a atender a propios y visitantes. Solamente es difícil encontrar desayuno en las cafeterías antes de las 8:30 a.m.



Esta fue la segunda capital inca de Tomebamba (valle del cuchillo) en el reinado de Huascar, rey inca que nació aquí. A pocos kilómetros del centro existe el pueblo de Baños con fuentes termales que salen de una falla geológica a una temperatura de 75oC. La salinidad es alta, compuesta por cloruro de sodio y bicarbonato de calcio y el pH es alcalino. A lo largo de la falla, sobre unos 400 metros de largo, se ha formado un depósito que hoy alcanza 10 metros de altura, por la precipitación química de carbonatos. Se puede suponer que este lugar extraordinario llamado Loma del Hervidero, utilizado por los incas en sus baños, y los ríos rectilíneos que corren a lo largo del valle, pueden ser el origen etimológico del nombre Tomebamba. Tome es el cuchillo ceremonial con el que se hacían cortes profundos en sacrificios rituales...

La ciudad fue destruida por Atahualpa, quien se vengó del belicoso pueblo cañari, conquistado por los incas después de cruentas guerras, masacrando a miles de personas. Los cañaris apoyaban a su medio hermano Huascar, justo antes de la llegada de Pizarro. Hoy en día quedan algunas ruinas de lo que fue la gran ciudad en el sitio Pumapungo, sobre el barranco del río Tomebamba y un interesante museo arqueológico del Banco Central de Ecuador. Tanto Cañaris como Incas y posteriormente españoles, encontraron en este lugar un sitio ideal para vivir.

Entre otras curiosidades, el museo etnográfico adjunto, expone algunas cabezas reducidas de la tribu de los Shuar que se conocen como tzantzas. A pesar de su antiguo significado ritual, hoy en día ya no se practica, solamente se permite la modalidad de tzanzas de mono. 




En la plaza de mercado se pueden apreciar algunas de las prácticas de sanación que practican expertas mujeres indígenas en adultos y niños, con diagnóstico logrado por el frote de un huevo de gallina en todo el cuerpo que al ser abierto revela las enfermedades que sufre el paciente. Pases mágicos con hierbas medicinales y una grasa negra en el ombligo, se completan con la aspersión de un brebaje de hierbas que es soplado por la curandera con la boca sobre la humanidad del enfermo.



El Parque Nacional Cajas cubre una 28.000 hectáreas del páramo en lo alto de la vía que conduce a Guayaquil. Tiene más de 250 lagunas y alimenta los ríos de Cuenca con 6 millones de metros cúbicos de agua al año. Es un páramo húmedo, aunque menos que el nuestro de Chingaza, y la vegetación es menos variada. Lo que llama la atención es la presencia de 5 especies de "palo colorado" en relictos de bosque que se conservan al pie de las peñas, sin embargo no existen los frailejones. Atraviesa el parque un camino inca que comunicaba la costa con la sierra. 



Estuvimos dos días recorriendo caminos en el parque. El primero a una altura alrededor de 4000 m.s.n.m., intensamente frío y muy difícil para caminar por lo resbaloso del terreno. Las nubes y la neblina amenazan permanentemente, lo que hace muy fácil perderse. La guía del recorrido fue una foto tomada en el refugio de Parques pues no tenían disponibles mapas. El gobierno a prohibido el cobro de entrada a los parques nacionales para promover las visitas, lo cual tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes. Hicimos el camino a las lagunas de Bulines y Cucheros en un recorrido de 5 horas. Vimos huellas del lobo andino, que a juzgar por las heces tiene el tamaño de un perro mediano. También observamos la gaviota de páramo, blanca con cabeza negra y varias especies de patos.



 En la parte baja del parque hicimos un interesante recorrido por la zona de bosque andino alrededor de la laguna Llaviucu, donde abundan las orquídeas, tíbares, palo colorados, etc. a una altura de 3100 m.s.n.m. Esta zona es rica en pájaros, incluidas varias decenas de especies de colibrís.


La estadía en Cuenca termina con un recorrido de tradiciones artesanales en los pueblos de Gualaceo, Chordeleg y Sigsig. Los tejidos de "ikad", técnica precolombina que utiliza nudos de fique para teñir partes de la fibra, hasta lograr diseños muy complejos. Otro pueblo es especializado en joyas en filigrana de oro y plata.



La Asociación de mujeres teledoras de sombreros de paja toquilla, nos permitieron reconocer otros aspectos culturales de la región.



Mañana salimos hacia Loja y esperamos entrar a Perú en dos días.

Hasta entonces.