jueves, 24 de septiembre de 2015

LAS HERMOSAS MONTAÑAS PERUANAS ESCONDEN AMENAZAS NATURALES

LAS HERMOSAS MONTAÑAS PERUANAS ESCONDEN AMENAZAS NATURALES, Chacas, 17 de septiembre de 2015

La cordillera Blanca es una montaña de roca granítica, intrusión ígnea que se formó durante el levantamiento de los Andes. Por su gran altitud se formaron potentes casquetes de hielo y lenguas glaciares que pulieron la roca y dejaron los típicos valles en forma de U.















Enormes depósitos de bloques y fragmentos de todos los tamaños fueron arrastrados por el hielo dejando morrenas de más de 100 metros de altura que cerraron los valles, dando origen a gran número de lagos de color azul turquesa.

Los glaciares fueron más extendidos en el pasado y bajaron mil metros por debajo de los niveles actuales. Los deshielos y enfriamientos sucesivos dejaron enormes depósitos al pie de las paredes y en los valles laterales con avalanchas que llegaron hasta el río Santa. El río corre de sur a norte entre la cordillera Blanca y la Negra por el Callejón de Huaylas a 2500 msnm donde están asentados los pueblos de Caraz (dulzura), Yungay (hermosura), Carhuaz (borrachera), Huaraz (pretencioso), entre otros, apelativos dados por las rivalidades entre unos y otros.




La Cordillera Blanca es una de las regiones de alta montaña más reconocida después del Himalaya. El pico más alto es el Huascarán con 6765 metros de altura, la montaña más alta de Perú, que da nombre al Parque Nacional. El símbolo de la famosa empresa de cine Paramount es el Artesonraju, pirámide blanca de 6025 metros. Esta montaña, al igual que el Alpamayo de 5947 metros, está considerada entre las más bellas del mundo. Al mismo tiempo, sus paredes de hielo con pendientes entre 50 y 80º, han sido protagonistas de decenas de tragedias. Escaladores de varios países del mundo han encontrado la muerte intentando su ascenso, principalmente por avalanchas generadas por cambios en las condiciones climáticas o por caídas accidentales desde las paredes de hielo de casi mil metros.

Nuestro primer acercamiento a la montaña fue el camino que sale desde la laguna Parón, la más grande de la Cordillera Blanca. La entrada al Parque Nacional en esta zona está controlado por la comunidad indígena del sector, por acuerdo con el gobierno para hacerse cargo de la administración del sitio. Esta decisión se tomó para impedir el deterioro ambiental de la zona por el desarrollo de un gigantesco proyecto hidroeléctrico. Sin embargo, en el 2008 ya se había construido un túnel que extrajo mucha agua para la Central Hidroeléctrica del cañón del Pato. Con el desagüe artificial disminuyó el nivel del lago, efecto calculado también para prevenir el colapso del dique natural y evitar eventuales avalanchas en caso de sismos. La comunidad quiere, sin embargo, recuperar el nivel original de las aguas controlando la salida artificial, construir un restaurante en las antiguas instalaciones de la empresa de energía y atraer más turistas.

Se accede en carro por una vía que sube en zigzag desde Caraz (2300 msnm) por depósitos antiguos, superando las paredes verticales de granito. Todo está recubierto por una vegetación densa del bosque de queñuas (palo colorado).


El lago adquiere con los rayos del sol un hermoso color azul turquesa que resulta de la refracción de la luz en sus aguas transparentes sobre un fondo de sedimentos de color blanco. Está rodeado por hermosos picos nevados, varios de ellos con más de 6000 metros de altura: Hunday, Garcilaso, Paria, Artensoraju y Caraz. La caminata se hace por un sendero que lo bordea y termina en la laguna Artesoncocha que recoge aguas de deshielo del glaciar a 4350 msnm. Desde allí comienza el acercamiento y la escalada de la pared sur para quienes quieren intentar el impresionante Artesonraju.

  

El día siguiente tomamos nuevamente el Vitara y subimos por el siguiente valle hacia el sur, que bordea el macizo del Huascarán. Nos dirigimos a la Laguna 69 a 4600 msnm que está en la base del Chacraraju (6135 msnm). La carretera asciende nuevamente por los depósitos de material granítico triturado por el hielo, hasta alcanzar el valle glaciar. Una subida suave por el valle de la quebrada nos lleva a un escalón de 300 metros donde el agua cae en forma de cascadas, hasta un valle colgante con pequeñas lagunas.

Al fondo se asciende por una empinada morrena de 200 metros de altura para llegar a la llamada laguna 69. Este camino es muy concurrido pues ayuda a la aclimatación para las personas que quieren hacer trekking más largo o simplemente para quienes quieren acercarse a los picos. Nuestro fondo de montañistas no se ha perdido, así que superamos los 700 metros de desnivel a buen paso en dos horas y media, alcanzando mucha gente que había salido una hora antes pero que no está acostumbrada a estas alturas (los llamados gringo(a)s que en realidad son de Francia, Alemania, Holanda, Israel, etc.).




Estas caminatas nos permitieron apreciar la belleza de la cordillera y reconocer algunos fenómenos glaciales del pasado, notablemente la forma de erosión que ha generado muchas agujas con hielo en todas sus caras. Los glaciares están hoy en día colgando y en proceso de retiro por el deshielo debido al calentamiento, lo que genera desprendimientos que pueden producir peligrosas avalanchas.

El caso más mortífero ocurrió el 31 de mayo de 1970 a las 3:30 p.m. con un sismo de magnitud 7,5 que causó el desprendimiento de una enorme lengua glaciar del nevado Huascarán.


La sacudida destruyó muchos pueblos de la región, incluida la ciudad de Huaraz, pero el efecto más devastador fue la avalancha que sepultó casi todo el pueblo de Yungay con la mayoría de sus 25.000 habitantes en cuestión de pocos minutos. La mayor parte del lodo bajó por un valle profundo barriendo todo a su paso a una velocidad de más de 200 km/hora, pero una tercera parte del material superó un promontorio que protegía naturalmente al pueblo, cubriendo un área de1,5 km por 1 km. Solamente se salvaron algunas personas que estaban en el cementerio y en el estadio. Debido a la inauguración del mundial de fútbol, México 1970, la mayoría de la gente se encontraba reunida en las casas escuchando la radio y habían mandado a sus niños al circo instalado en el estadio. Se salvaron 90 que quedaron huérfanos y unos pocos vecinos, en total unas 400 personas. En esa ocasión también desapareció un equipo de 14 montañistas checos que estaba escalando la montaña (información de Hubert Frank).

El Campo Santo de Yungay recuerda casi al detalle al de Armero, se puede visitar en compañía de un sobreviviente de la tragedia que cuenta muchos detalles del acontecimiento, como testigo y víctima. Los niños que se salvaron fueron adoptados por diferentes familias en varios países, y actualmente regresan para erigir mausoleos de sus familiares desaparecidos en donde eventualmente estaban localizadas sus viviendas. Las historias son estremecedoras y dejan un fuerte impacto, como el caso de nuestro guía quien perdió a sus 10 familiares cuando fueron a refugiarse en la iglesia que quedó destruida.



Las poblaciones y las rutas de la sierra son supremamente vulnerables en caso de un sismo intenso, nuestra principal preocupación en todos estos días, en vista de las experiencias y las huellas del pasado, condimentada nuestra imaginación con el sismo de magnitud 8,4 que acaba de ocurrir frente a las costas de Chile.

En la próxima entrega relataremos las experiencias de cruzar la cordillera por rutas que dejan a veces los pelos de punta.


1 comentario:

  1. Paisajes únicos e imponentes..., sigan disfrutando el Viaje y sigan llenándose de buenas historias... Un Saludo JR

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