jueves, 10 de septiembre de 2015

VILCABAMBA, EL PARAISO PARA LOS VIEJITOS

VILCABAMBA, EL PARAISO PARA LOS VIEJITOS. Domingo, 6 de septiembre de 2014.

Los últimos dos días en Cuenca fueron un poco pesados por cuestiones de salud. Sergio se enfermó de la barriga, con fiebre alta y para rematar el caso, se juntó con una fuerte gripe. Afortunadamente Isolde solamente se contagió con la gripe. Por lo anterior, decidimos salir de nuestra fría y hospitalaria Cuenca y dirigirnos hacia tierras más benignas al sur de Ecuador. El destino escogido por su buena fama para la salud fue Vilcabamba, pequeño pueblo famoso por la longevidad de sus habitantes! Si la gente allí vive más de cien años, pensamos, el clima tiene que ser muy sano.

En un recorrido de 250 km por la sierra, en un subir y bajar de cerros, monte para arriba y monte para abajo, con neblina y lloviznas cuando la carretera superaba los 3000 m.s.n.m. y valles secos en las partes bajas, llegamos a la ciudad de Loja a 2100 m.sn.m. después de todo un día de camino. En el recorrido alcanzamos varios grupos de jóvenes que viajaban en bicicletas de regular calidad para la exigencia del terreno. Curiosos por saber de que se trataba, nos detuvimos a charlar con dos que descansaban en el fondo de uno de los valles, antes de emprender el nuevo ascenso. Nos contaron que habían salido el día anterior de Cuenca y habían pedaleado toda la noche, en total 15 horas. Viajaban en peregrinación a la Virgen del Cisne en Loja, a donde solamente les quedaban... otras cinco horas de ruta! En efecto, Loja celebraba la fiesta de la Virgen patrona y en esos días miles de visitantes llegaban en todo tipo de medios de transporte. La catedral estaba llena y tenían prevista la plaza central para recibirlos.


A medio día paramos a almorzar en el pueblo de Saraguro, capital de un camtón reconocido por la comunidad del mismo nombre que lo habita. Se trata de un grupo que fue desplazado por los incas en el conocido sistema de mitimaes: Conjunto de indígenas que enviaba el imperio inca a determinado sitio estratégico para cumplir funciones a su servicio; podían cultivar la tierra, defender las fronteras o realizar cualquier otra tarea (google). Llevan los hombres pantalones oscuros tres cuartos, ruana tejida y sombrero negro y trenza. Las mujeres una falda larga y angosta negra, chal tejido y hermosas trenzas adornadas con cintas de colores que les cae hasta mitad de la espalda. Las facciones son muy lindas y el porte digno. Por ser domingo, mucha gente que vive en las montañas estaba en el mercado. Da gusto ver el porte de esta gente, con que orgullo siguen sus costumbres. De allí salió una marcha de protesta que llegó a Quito caminando un mes antes, justo cuando el Cotopaxi entró en actividad, lo que le restó fuerza a la manifestación. Aún están algunas decenas de personas retenidas por la policía, en el pueblo anunciaban nuevas marchas para los próximos días.





Seguimos nuestro camino a Vilcabamba que está situada a una altura de 1.500 m.s.n.m., 50 km al sur de Loja, en un último valle antes de emprender el camino a la selva por el sector de Zumba. Nuestras informaciones nos llevaron a la hostería campestre Izhkayluma a dos kilómetros del pueblo, organizada por unos ex-mochileros alemanes. El sitio resultó maravilloso, en medio de un extenso bosque seco de montaña lleno de pájaros, con cabañas repartidas en el paisaje. Cuarto con baño!, y hamacas en la terraza. La comida suave en un restaurante abierto con vista al fondo del valle verde donde se localiza el pueblito, se disfruta teniendo enfrente las laderas que suben al Parque Nacional Podocarpus que culmina a 3500 m.s.n.m. Este valle respira una atmósfera de paz y tranquilidad, con una temperatura confortable. Menos mal, por ser día domingo, tenían una habitación libre por dos días, el lugar es tan reconocido que es necesario reservar con anticipación: nos quedamos!






Para empezar a sacarnos la gripa de encima alcanzamos a hacer un recorrido de 1 hora por el bosque antes de ir a dormir, siguiendo caminos indicados dentro de la propiedad. Al día siguiente, el recorrido fue más exigente. Hicimos un circuito con senderos muy bien indicados, para subir a las montañas que nos rodeaban. El clima es muy seco y puede calentar mucho durante el día si está despejado. Sin embargo este día estuvo cubierto, de vez en cuando lloviznas del páramo vecino alcanzaban a descender al valle, lo cual era muy agradable para nuestro ejercicio. La subida con 600 metros de desnivel nos llevó a unas montañas cubiertas con escasos pajonales, siguiendo senderos poco trazados en los filos de los cerros. Con buen clima no hay problema, pero el camino se vuelve muy peligroso en época de lluvias. Las montañas consisten de sedimentos arenosos no consolidados, y muestran huellas recientes y antiguas de enormes erosiones que las han ido desgastando con el paso del tiempo. Los caminos son muy expuestos y la bajada se hace por sendas poco visibles con muy fuerte pendiente, sobre material suelto en el que no hay que resbalar. En compensación la vista es maravillosa sobre los valles vecinos en puntos de observación que dominan todo el paisaje a la redonda.




El final del recorrido discurre por el cauce seco de una quebrada, que nos sacó a la vía después de 5 horas de marcha. Al mismo tiempo, el extenuante ejercicio también nos sacó la gripe. Isolde opinó que el tratamiento era algo fuerte, pero como al llegar al hostal nos ofrecieron una sesión gratuita de yoga, pensamos que era la ocasión ideal para ensayar esta técnica de relajación. No conocíamos la intensidad del tratamiento, dirigido por una "suave" instructora argentina, y tuvimos que aguantar otra hora de fuertes ejercicios antes de llegar a la ansiada sesión de relajación.

El día estuvo muy bien aprovechado, y terminó con una rica ensalada de tomate con queso mozarella en el mismo lugar. Visitamos el pueblo y nos aprovisionamos para el viaje a Perú que emprenderíamos al día siguiente, y nos fuimos a dormir con el espíritu tranquilo superado lo peor de los males; las peleas pueden esperar hasta más adelante. Esta corta estadía en este valle paradisíaco resultó reparadora, a pesar de los esfuerzos. Nuestro alojamiento se encuentra al final de una vía conocida por los locales como "la Eterna Juventud".


Hasta la próxima entrega.

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