Salimos de Huanchaco el domingo temprano cuando los pescadores regresan de su faena diaria en los conocidos "caballitos de mar", pequeñas embarcaciones hechas con junco, que se utilizan desde épocas pre-colombinas. Nos despedimos de la costa peruana por un tiempo, la intención es continuar el recorrido hacia el sur, aprovechando el buen tiempo por la sierra.
Nuestro primer objetivo es la Cordillera Blanca es el callejón de Huaylas, famosas montañas nevadas de más de 6000 metros de altura localizadas a unos 200 km al sureste. Para llegar allí nos recomendaron la vía que pasa por el Cañón del Pato. Tomamos la ruta hacia Chimbote, al sur de Trujillo. En una gasolinera sobre la Panamericana averiguamos por casualidad el camino hacia Huaraz, posible destino final de la jornada. En efecto, encontramos el acceso a esta ruta cerrado con una barrera, que abrieron para dejarnos el paso. La recomendación era el pago de un peaje a la salida de la vía en la bocatoma de aguas del proyecto.
El camino destapado se introduce por una región desértica con poca circulación y pasa por diferentes puntos donde se ven los trabajos de toma de aguas del río Santa que baja de la Cordillera Blanca, cuyo objeto es irrigar extensas regiones desérticas de la costa. Este proyecto sirve de carta de presentación a Alan García, ex-presidente y candidato para las elecciones de Perú en 2016.
Salimos a la vía principal sobre el caudaloso río Santa y comenzamos a ascender por una vía que penetra cada vez más profundo por un valle muy estrecho y desértico. Por entre paredes cada vez más altas de materiales que han sido acarreados y depositados por el río, con enormes rocas sueltas que cuelgan encima de la vía, comenzamos a ascender hacia la sierra.
El camino es impresionante, cada vez más estrecho y expuesto a abismos. En un par de ocasiones tuvimos que maniobrar para dar paso a camiones que cruzamos en los puntos más angostos. Durante horas ascendimos por la cordillera en medio del calor y del polvo. En el viaje nos imaginamos el peligro de este camino si llega a llover o en caso de un sismo, no quedaría piedra sobre piedra. Estas eventualidades no son tan improbables en este tiempo de cambio climático con el fenómeno del Niño en ciernes, o los terremotos que sacuden de cuando en cuando la región.
Finalmente alcanzamos el pueblo de Huayanco donde la vía sigue el famoso cañón del Pato, construida para un ambicioso proyecto hidroeléctrico. Aunque está en muy buen estado, esta vía es de un solo carril y está colgada a varios centenares de metros por encima del río, afortunadamente sobre paredes duras de roca granítica.
La salida del cañón nos llevó a un hermoso valle a 2300 msnm al pie de las cordilleras Blanca y Negra, Una noche de descanso en el pueblito de Caraz, para continuar el ascenso de la cordillera hasta un paso a 4300 msnm. A pesar del tiempo seco, hay campos de cultivo impecablemente laborados en las pendientes, gracias a un eficiente sistema de riego que lleva agua a todas las parcelas por canales que descienden de la montaña a lo largo de la vía. Los paisajes son bucólicos y tiene como escenario el fondo del valle 1500 metros más abajo, y enfrente, el majestuoso espectáculo de los nevados del Parque Nacional Huacarán (6768 msnm, el pico más alto del Perú).
La carretera estrecha pasa por un bosque de puyas gigantes que alcanzan hasta diez metros de altura, especie original de la Cordillera Negra a 4000 metros de altura. Este circuito nos llevó de nuevo a Caraz, después de descender 2000 metros por otros poblados dispersos entre los que se destaca Huata. La vuelta nos ayudó a reconocer la región, hablar con la gente sobre las prácticas de cultivo y la irrigación que les permite obtener dos cosechas al año de diferentes tubérculos, maiz y quinua. El ambiente recuerda al Boyacá rural de los años 60.
Nuestro siguiente destino es la Cordillera Blanca con sus hermosas lagunas y picos nevados al otro lado del callejón de Huaylas.
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