martes, 1 de septiembre de 2015

FRONTERA COLOMBIANA Y TRAVESÍA DEL NORTE DE ECUADOR

FRONTERA COLOMBIANA Y TRAVESÍA DEL NORTE DE ECUADOR

Cuenca - Ecuador, 1 de septiembre de 2015

Salimos de Pasto con 62,500 Km del Vitara el sábado 29 de agosto, en dirección a Ipiales a donde llegamos antes del mediodía. Aprovechamos la hora para visitar el Santuario de las Lajas que por ser día sábado estaba lleno de peregrinos, muchos procedentes de Ecuador. El sitio es espectacular, la secuencia de depósitos volcánicos del Cumbal que se acumuló aquí es impresionante. Inicia con coladas de lava en el fondo del cañón del río Guaítara, que sirven de asiento a la basílica, Sobre ellas se depositaron secuencias sucesivas de flujos piroclásticos, intercalados con mantos de cenizas, el conjunto alcanza en el sector varios centenares de metros de espesor.




Como era hora de almuerzo y no nos entusiasmaron los cuyes asados y otras especialidades para los turistas, decidimos buscar un restaurante en Ipiales. Quedamos sorprendidos con las multitudes que invadían las calles, los comercios y el mercado. Después de encontrar, por suerte, una mesa en un buen corrientazo, averiguamos qué estaba pasando en el pueblo y porqué había tanta aglomeración. Nos informaron que debido a la devaluación del peso, están viniendo a hacer compras hasta 30.000 ecuatorianos cada día durante los fines de semana.



En el camino a la frontera la cola de carros procedentes de Ecuador era larguísima. Tulcán y los pueblos ecuatorianos cercanos están actualmente en crisis económica porque todos los productos están hasta dos o tres veces más baratos al otro lado de la frontera. Como ellos están actualmente anclados al dólar, ya se habla que el país pueda volver nuevamente a adoptar como moneda el sucre para superar esta situación.

Después de hacer los trámites de migración y el permiso para el vehículo, tomamos la vía panamericana rumbo a Otavalo. Sin embargo, la carretera estaba cerrada por obras poco después de la frontera y tuvimos que tomar un largo desvío que nos llevó al río Mira por una ruta en muy buen estado y con hermosos paisajes hasta este cañón seco 1500 metros más abajo. Por las demoras en la aduana y en el recorrido en carro, decidimos pernoctar en Ibarra a donde llegamos después de las 6 p.m. Nos alojamos en una casa antigua sobre el parque principal, sin embargo la noche estuvo algo movida por el bullicio de algunos clientes en lo que resultó ser algo parecido a un hotel-ucho abierto 24 horas.

El domingo viajamos a Riobamba siguiendo la panamericana sin entrar a Quito por una vía excelente, en algunos tramos hasta de seis carriles. Paramos en Otavalo para saludar a la pareja de amigos alemanes que viajaron con Camila y Deny la semana anterior, almorzamos en un sabroso restaurante típico frente a Quito, y nos dirigimos hacia el sur dejando la ciudad a un lado después de casi dos horas de travesía. Quito se ha extendido tanto en los últimos años que ha invadido todos los valles vecinos como una mancha de aceite.

El paso frente al volcán Cotopaxi fue una experiencia sobrecogedora. Aunque el día estaba seco y soleado, una nube oscura ocultaba la montaña. A medida que nos fuimos acercando, el aire se enrareció, sentimos ardor en los ojos y vimos los campos y las casas cubiertos por una capa de cenizas grises. En una parada para tomar fotos y recoger una muestra de ceniza volcánica, pudimos hablar con un vecino del volcán quien nos contó que en su pueblo la mitad de la gente ya se ha ido. La actividad volcánica que por lo pronto solamente se reduce a las cenizas que no dejan de caer desde hace un mes, es ya un problema grave para la salud de la gente y afecta la actividad agropecuaria. En la ciudad de Latacunga, localizada a unos 30 km del cráter, el hospital y muchas zonas residenciales se encuentran sobre el río Cuchique que baja directamente de los glaciales del Cotopaxi. Esta zona es de alto riesgo en caso de erupción, por el eventual deshielo  que podría formar avalanchas hasta dos kilómetros alrededor del río, incluyendo un importante tramo de la vía Panamericana. Salimos con ardor en la garganta, la piel reseca y mucha sed, cómo será para los que viven allí?



Dejando a lado y lado la cadena de volcanes de la Sierra: Antisana, Cotopaxi, Illinizas, Rumiñahui, Tunguragua y Carihuairazo, todos de más de 5000 metrros, y las ciudades de Latacunga y Ambato, pasamos finalmente debajo del Chimborazo (6.310 m.s.n.m.) y llegamos a Riobamba para pernoctar,



Conseguimos habitación en el agradable Hostal Oasis (Lonely Planet, en vos confío). El centro de la ciudad en las horas nocturnas es muy bonita, con construcciones de estilo republicano muy imponentes. Desafortunadamente en el día se ve la realidad de la capital de la provincia de Chimborazo, una ciudad con viejas glorias, venida a menos. Las fachadas esconden una realidad menos favorable de pequeños negocios y oficinas de "abogados" de dudosa presentación.


Llama la atención el número de indígenas, sobretodo mujeres con trajes típicos, faldas repolludas, pañolones de vivos colores y sombrero negro que circulan por las calles de esta ciudad aparentemente habitada por gente urbana. En nuestro recorrido posterior por la sierra en la vía a Cuenca empezamos a entender y recordar la importancia de la población indígena en este país. Este asunto y la visita a Cuenca será tema de la próxima entrega. Hasta entonces.


5 comentarios:

  1. Veo que todo va de Maravilla... sigan disfrutando... por favor no mas Hotel "Luchos"...

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  3. Este episodio estuvo muy geológico.. Espero isolde no termine sacándolo empujado de las intercalaciones de cenizas volcánicas.

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  4. Este episodio estuvo muy geológico.. Espero isolde no termine sacándolo empujado de las intercalaciones de cenizas volcánicas.

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  5. El primero que me leo, y ¡ya siento la adición instalándose en mis neuronas! ¡Ah hijue míchica!

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